En torno al año 415 el autor funda la Abadía de San Víctor de Marsella, con dos monasterios, uno masculino y otro femenino. Para ellos escribe las Instituciones (publicadas también en esta colección), en las que expone las obligaciones del monje y los vicios contra los que ha de estar prevenido, y sus Collationes o Conferencias. En ellas, en forma de diálogos con monjes famosos de la antigüedad —como complemento al libro anterior—, trata diversos aspectos de la vida monacal, alaba la vida eremítica y aconseja la ascética como camino para alejarse del pecado.