Sin una narrativa sólida en tu empresa:
Sólo atraes a personas que responden a explicaciones muy básicas o técnicas de lo que hace tu empresa.
Te sientes menos comprometido emocionalmente con tu propio negocio, lo que inconscientemente limita el esfuerzo que pones en hacerlo tan exitoso como sea posible.
Serás eclipsado al competir con compañías que cuentan mejores historias acerca de sus productos, sorprendentemente similares a los tuyos.
Careces de orientación y metas a largo plazo para tu negocio.
Pierdes valiosas oportunidades de redes y asociaciones, al no ser atractivo para negocios complementarios.
Tienes una cultura interna de compañía débil, lo que fragmenta la forma en que tu equipo cumple con sus responsabilidades.