El horror no siempre se esconde en relatos fantásticos, cargados de bruma, demonios y almas atormentadas. En muchas ocasiones sólo hace falta mirar a nuestro derredor para descubrir cuán horrible puede llegar a ser la vida del hombre y su entorno. ¿Hay algo más terrorífico que ser devorado por unas bestias salvajes? ¿Cómo escapar de la desesperación que te lleva a comerte a tus congéneres en medio de una hambruna provocada por la guerra? ¿Puede la envidia incitar a perturbar el alma de los antepasados, merece la pena molestar el descanso de los muertos por dinero?
Xue Mo nos arrastra en sus relatos hasta el miedo latente en lo cotidiano, en los duros trabajos físicos y mentales que a veces hay que superar tratando de mantener la cordura, los principios vitales y, sobre todo, aquello que nos hace humanos… y que no siempre se consigue.
Pero no todo es negro y tenebroso. Algunas de sus historias son reflejos del día a día de una sociedad, la de una remota provincia china en los aledaños de los desiertos de Asia Central, de la que el autor procede y de la que éste extrae el jugo de la cotidianidad, con sus miserias y sus luchas titánicas por sobrevivir y progresar.
“El ruido de las habas al crujir”, “El viejo de Xinjiang”, «Profanación”, “Chacales”, “Ocaso”, «El espíritu de la rata” y “Belleza”. Siete relatos de distinta naturaleza, intensidad, tamaño, protagonistas y moraleja. Siete piezas de un rompecabezas narradas con un estilo directo, cercano y tan real como la vida misma, esa que puede ser horrible o al menos insufrible. Pero, en la que, como muestra el autor de forma magnánima, siempre hay un hueco para la esperanza.