A diferencia de la imagen del inventor que se encierra dentro de un laboratorio hermético, cierra los ojos, intentando forzar el momento de la creación de la próxima idea revolucionaria, el innovador es un explorador que encuentra las oportunidades creativas cuando sale de su oficina a observar cómo los usuarios utilizan sus servicios y productos, cuáles son las dificultades que enfrentan, y qué necesidades tienen. Logra implementar sus ideas cuando sale del proceso de especulación y las pone a prueba, y cuando se vincula con las personas que le pueden proveer el conocimiento necesario, la asesoría, las fuentes de capital, los recursos e insumos, la contención y la capacidad productiva que necesita. El innovador convierte sus ideas en proyectos rentables cuando sale del plan de negocios y mejora la forma en que genera, entrega y captura valor.