El feminismo se ha corrompido, y en ese declive ha ido desnaturalizándose y perdiendo la esencia justa, ética y loable, con la que antaño luchaba por rescatar del ostracismo y la esclavitud a millones de mujeres. Con este ensayo quiero visibilizar como, a día de hoy, el feminismo tiene cada vez más similitudes con el patriarcado en cuanto a que utiliza los mismos mecanismos ideológicos reduccionistas con los que el hetero centrismo gobierna nuestras vidas. El feminismo se ha convertido en una ideología igualmente doctrinante, extremadamente intelectualizada, ensalzadora del odio hacia todo aquello que respire masculinidad, sobre todo si ésta proviene de un hombre blanco, de edad media y con cierto estatus económico o social.
Este ensayo pretende reflejar las actitudes y pensamientos que sostienen los estereotipos binarios masculino y femenino, y como el feminismo trata de reducir todo rasgo femenino a un vulgar estereotipo cultural sin diferenciar aquellos que, por puro mandato biológico, nos corresponde aceptar y honrar. Pero no para utilizarlos como moneda de cambio con los que conseguir privilegios patriarcales (algo que a las feministas y a las que no lo son no les importa hacer cuando los necesitan), sino para responsabilizarnos de ellos, ajustando nuestras vidas a nuestra biología y no permitir que sean un hándicap que deba modificarse o disimularse para encajar en esa idea de la falsa igualdad con respecto a hombre. Si no todo lo contrario; nuestros atributos femeninos existen como parte de nuestra identidad y por ello deben ser mostrados, exhibidos y respetados, pero es ante todo nuestra responsabilidad y no del hombre, defenderlos y cuidarlos. Porque nuestra supervivencia y dignidad dependen de ello. Unidas cuidamos unas de otras, desunidas, además de convertirnos en presa fácil por esa condición biológica que nos hace más vulnerables, devenimos lobas competidoras por el mejor macho…
Para finalizar el ensayo muestro distintos arquetipos femeninos cuyos atributos y cualidades pueden servirnos para comprender como el feminismo, al igual que hace el patriarcado, actúa de forma temerosa, desconfiada, e incluso agresiva, hacia cualquiera que no muestre un estereotipo típico y normativo con el que cada individuo, se siente casi obligado, a auto clasificarse en un colectivo u otro. Demostraré como el feminismo, al igual que otros colectivos, son auto excluyentes con quienes no encajan en su molde. Y a diferencia del hetero centrismo que nunca lo ha ocultado, el feminismo se justifica en una dialéctica imposible y en una intelectualidad prepotente, que segrega a una mayoría social que acaba sintiéndose discriminada y maltratada por sus propias hermanas.