Como el rap viene definido por sí mismo como manifestación de y para un grupo que «nosotros», en tanto que cultura blanca posreaganiana consideramos foránea, se trata de una música de la que tenemos tendencia a eliminar todas las complejidades problemáticas, tales como las experiencias únicas de los artistas individuales, sus gustos, creencias, modelos, valores y estrategias, todo ello a fin de obtener esa definición amplia y superficial que impone la rúbrica «voz representativa de una cultura foránea y amenazadora».