Deben aprender que: «Es malo amar tu sueño y divorciarte de tu realidad». Si no amas lo que tienes, Dios nunca te permitirá llegar a lo que deseas. Si no bendices tu Lea, tu realidad, nunca tendrás fruto con tu visión ni con tu sueño.
Seguramente habrás escuchado a personas decir: «Cuando tenga el trabajo que deseo, voy a llegar temprano y voy a trabajar en lo que me gusta». Quiere casarse con su sueño pero menosprecia lo que tiene. No bendice lo que ya tiene. Pero cuando no quieres tener hijos con tu realidad, Dios cerrará el vientre de la visión de futuro.
No podrás lograr tu sueño.