Grafología. Lo que revela la escritura y la firma

El ser humano no ha nacido únicamente para hacer la misma labor todos los días. Puede variar hasta lo infinito las maneras de emplear sus tiempos de ocio.

Téngase en cuenta que no hacemos trabajar más que una pequeñísima parte de las células que constituyen nuestra masa cerebral.

Y un poco por costumbre y otro poco por pereza, dejamos que se apaguen algunos de nuestros entusiasmos, olvidando o ignorando voluntariamente lo que realmente seríamos capaces de hacer si quisiéramos hacerlo

Recuérdese que el ser humano es fundamentalmente variable; cambia, es influido; recibe el golpe de sus fracasos, de los sucesos importantes o insignificantes que jalonan su vida.

Queda más o menos señalado por ellos, según su naturaleza o su temperamento. Y se va modificando poco a poco.

Y esto puede ser positivo o negativo, resultar previsible —aunque nunca seguro—, porque es posible que se produzca en él uno de esos cambios bruscos, de los que nadie, ni siquiera el principal interesado, conoce el mecanismo ni el secreto.

En los artistas se aprecia armonía en las curvas, justa proporción de las letras, es decir, las letras alejadas unas de otras; a veces es lo contrario: marcada ligazón, la o y la g hechas al través. Y trazadas con líneas rectas la b, la f, la g, la h, la l, la r y la y.

Obsérvese que todos estos caracteres son, en particular la forma tipográfica de las letras, comunes a la paranoia y a la epilepsia, como también a la presunción, la megalomanía y la excentricidad

En los artistas se aprecia armonía en las curvas, justa proporción de las letras, es decir, las letras alejadas unas de otras; a veces es lo contrario: marcada ligazón, la o y la g hechas al través. Y trazadas con líneas rectas la b, la f, la g, la h, la l, la r y la y.

Obsérvese que todos estos caracteres son, en particular la forma tipográfica de las letras, comunes a la paranoia y a la epilepsia, como también a la presunción, la megalomanía y la excentricidad.

Conviene destacar que el mayor o menor predominio de la intuición sobre la reflexión viene determinado por la frecuencia con que se aíslan las letras.

Según esto, el ingenio de Benjamín Franklin fue más reflexivo, en tanto que el de Alejandro Volta fue más intuitivo.

Un prudente discernimiento, acompañado de una fuerte y rápida resolución se manifiesta en los que suelen aislar las mayúsculas, uniendo en cambio todas o casi todas las minúsculas, como hacían Napoleón Bonaparte y Goethe, entre otros

En su obra Escritura y carácter, nos dice el famoso grafólogo Crépieux-Jamin que los caracteres de la escritura de los hombres geniales son letras firmes en forma tipográfica, abreviaturas, limpieza y claridad de las sílabas, palabras que se van afinando (las últimas sílabas son menores que las primeras), la asimilación y los grandes movimientos de la pluma

En las mujeres geniales, es característica la escritura viril, de modo que difícilmente podría identificarse como grafía femenina

Fácil es comprobar que los escritores que unen unas a otras todas las letras son de mente reflexiva, «razonan bien y prevén acertadamente las últimas consecuencias de sus actos».

Por otra parte, el aislamiento de cada letra, la justa colocación es indicio de un ingenio intuitivo

Tomemos como ejemplo un matrimonio en el que la esposa escribe con pequeños rasgos e inclinación hacia la derecha, mientras el marido, por su parte, también escribe con rasgos pequeños, pero él sin embargo lo hace con inclinación hacia la izquierda.

En este caso, aunque uno de los dos es extrovertido (la esposa) y el otro introvertido (el marido), la pareja puede vivir en armonía.

¿Por qué? Porque los dos son intelectuales; o dicho de otra forma, porque son bastante similares y bastante distintos para poder disfrutar con su compañía, en vez de aburrirse el uno con el otro

Otra clave de la compatibilidad es la redondez y angulosidad de la escritura. (Véase muestra anterior.)

Por regla general, quienes escriben muy redondeado y los que lo hacen muy anguloso no se hacen buenas migas; pero no hay que olvidar que toda regla tiene su excepción.

Aunque una mujer enérgica y agresiva (escritura angulosa) es probable que sienta desprecio por un hombre dócil y pasivo (escritura redondeada), lo opuesto también puede suceder.

En efecto, a menudo, un hombre extremadamente agresivo es más feliz con una mujer pasiva y dócil.

También, muchos jefes de escritura angulosa tienen trato más cordial con empleados de escritura redondeada, pues estos últimos son personas que aceptan la palabra del patrón como ley, sin protestar.

Quizás haya muchas personas que dicen que conocen perfectamente su propio estado de salud. Pero aun admitiendo que esto sea verdad, la escritura dice de ello muchísimo más que un examen de conciencia. ¿Por qué? Porque la escritura traduce involuntariamente todas las fluctuaciones que tienen su origen en las zonas nerviosas inconscientes