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Andrea Barrett

La fiebre negra

  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    La nomenclatura es un arte mnemónico
  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    Como las plantas, a los seres humanos se les reconocía por dos nombres. La naturaleza era un criptograma y el método científico la clave; la naturaleza era un laberinto y este método el hilo de Ariadna. O el mundo era un alfabeto escrito por la mano de Dios que él, Carl Linnaeus, había sido llamado a descifrar.
  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    Su mente, que antes parecía contener el mundo entero, había sido ocupada por una inmensa laguna oscura que aumentaba a diario, y que él vadeaba con sumo cuidado. Cuando intentaba atrapar datos, estos se escabullían por el agua como escurridizos piscardos, y solo lograba capturarlos echando mano de la astucia y el engaño.
  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    Aquel año todos los estudiantes se transformaron, por lo que no hubo alumno favorito, ningún muchacho sumiso y bien vestid
  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    Me alivió, aunque no se lo dije; no me apetecía abandonar mi atalaya del alféizar ni tampoco escuchar a Richard repitiendo esa historia. Me parecía que la contaba mal. Confundía las fechas, comprimía los años, se identificaba en exceso con Mendel y describía a Nägeli como un villano demasiado malvado. Para entonces yo ya sabía que a Richard le gustaba verse como un trasunto de Mendel, infravalorado e incomprendido. Pero a mí me recordaba más a Nägeli. Lo había visto mostrar una absoluta falta de generosidad hacia los jóvenes científicos que se esforzaban en consolidarse. Lo había visto elegir, como su estudiante favorito del año, no al alumno más brillante o más original, sino al más amable y adulador.
  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    Fue mala suerte, dijo Tati. Mala suerte en acudir a Nägeli y en permitir que desviase su investigación hacia la vellosilla. La técnica experimental de Mendel era correcta y sus leyes de la herencia eran totalmente válidas. No podía saber —nadie lo supo durante años— que la vellosilla no hibridiza de una forma racional porque con frecuencia forma semillas sin fertilización.

    —Partenogénesis —me dijo Tati, un término largo y tortuoso que apenas conseguí pronunciar. Aun ahora sigue pareciéndome una enfermedad—. Las plantas que crecen de semillas formadas por partenogénesis son copias exactas de la planta madre, como las begonias que obtenemos a partir de esquejes de hojas
  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    ¿Entonces tengo que odiar a los alemanes? —pregunté.

    Al cabo de unos años, cuando Tati había muerto, yo estudiaba secundaria y Hitler había desmembrado Checoslovaquia, mi madre se volvería claramente antialemana. Pero entonces lo único que dijo fue:

    —No, el señor Leiniger no tendría que haberte importunado, pero él es un hombre en concreto; no está bien odiar a todo el que tenga un apellido alemán.

    —¿Y eso es lo que hace Tati?

    —A veces.
  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    Richard les contaría la otra historia de Mendel, la que yo le había contado a él: la historia en que un arrogante colega científico desencamina sus investigaciones debido al comportamiento de una humilde planta, la vellosilla. La historia en que la ciencia no solo es infravalorada, sino que además se ve subyugada por la soledad y el deseo de agradar.
  • Ahora todo en dedansцитирует5 лет назад
    todos los otoños mi marido se plantaba ante los alumnos de segundo curso de Genética y distribuía ejemplares del famoso estudio de Mendel sobre la hibridación de los guisantes. Aquel documento era un modelo de claridad, decía Richard a sus alumnos. Encarnaba todo lo que debería ser la ciencia.
  • Denissцитирует7 лет назад
    Las golondrinas yacen sobre el lecho de arena, pero no están envueltas en una serena crisálida de alas, sino retorcidas y descoyuntadas. Sabe, antes de tocarlas, que están muertas. Catherine también; ya tiene preparado el cortaplumas. Han acordado que, si las golondrinas morían, diseccionarían una y examinarían su estructura circulatoria y respiratoria. Buscarán cualquier órgano que pueda posibilitar la hibernación bajo el agua, cualquier órgano que pueda demostrar que se equivocan.
    Trabajan con rapidez. No hay mucha sangre. Catherine observa la caja torácica abierta y dice:
    —Es muy difícil trabajar sin el instrumental apropiado, pero bueno… Aquí no hay nada fuera de lo habitual. Sin duda, Linnaeus se equivoca.
    Un corazón de cuatro cámaras dentro de su pericardio; pulmones pequeños, rosados, sin lóbulos. Desde los pulmones, los misteriosos sacos de aire se extienden al abdomen, garganta arriba, a los huesos. No hay señales de un órgano similar a una branquia que permita al ave respirar debajo del agua. Sarah Anne está pálida, pero también eufórica. Han realizado un experimento; han refutado una hipótesis.
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