Se casó con Jerry, que, por aquel entonces, tenía treinta y siete años, y tuvo a Diane enseguida, y luego a Tracy. Sus excusas la avalaban, eran casi motivos: Jerry tenía ya una edad, no podía esperar mucho a tener hijos; ella aún no se había decidido por ninguna carrera; con la librería y tal no les quedaba dinero para la universidad. «Me da pereza», sentenció finalmente, y ésa ha sido su postura durante años. Según Jerry, «es un crimen»