En la segunda entrega de la Trilogía cósmica, C. S. Lewis nos traslada a Perelandra, Venus, un mundo que está naciendo. El malvado oyarsa de Thulcandra pretende, a través del pérfido Weston, repetir allí la historia terrestre de la Tentación con la Dama y el Rey, los nuevos Adán y Eva. Sin embargo, el benevolente Maleldil enviará a su vez a Ransom, que se enfrentará al mal para tratar de salvar Perelandra del solitario destino que condenó a Thulcandra, la Tierra.