En definitiva, en la actualidad pasamos más tiempo preocupándonos por el futuro o dejándonos perseguir por el pasado que viviendo en el momento presente. Por ello es posible que, cuanto más trauma hayas experimentado, sientas una mayor desconexión. Sin embargo, incluso si no has sufrido ningún trauma serio, el ritmo acelerado de la vida en nuestra cultura puede incomunicarnos.