El México de la revolución salvaje y profundo.
_de un risco plúmbeo ya mordisco, como al rato de rojo zul y amarillo, dista que palidece, como las rocas picadas, el río ventilándose con el sonoro aleteo lunar, los montes rayados de animales la naturaleza, sierras las lagunas, y qué otros rayos sobre el desdichado difuso hombre que con un trabajo su promesa y su consciencia en su vida fueron retraídos por la persecución del tiempo solero donde traicionó, a culpó, valió, incendió una supervivencia mientras le dijeron los pobres, "aguántame en lo que atoro estos ecos cerca del filoso doquier de mi globo corazón"; en lo que robo mi amor de las condenadas pezuñas de esa huesuda, eterna pellizcando las pieles de los adustos hombres y devorando sin antojo a los echados solitarios de soledades su carne y su sabor a muerte... Ahí de más vi una historia, familia, sombras, horas, casas, manos, ranchos, cuerpos, besos, agujeros, y estrellas hundiéndose al vasto brusco de su alma memoria hasta que la noche se trague toda los rostros de que se acuerde su tierra en donde los leí mirando mi nombre_
Sublime !