Luna espera en la habitación de una clínica. No es la primera vez que está ahí, es la misma en la que estuvo internado su padre no hace tanto tiempo, unos meses antes de morir. Pero ahora se trata de su madre y es esa, tal vez, la novedad que reconduce al duelo por un camino inexplorado.
Luna repasa una vida signada por el protagonismo de su padre, un hombre que concentró el amor y la admiración no solo de su entorno íntimo sino también de una parte de la militancia de los años sesenta. Desteje los hilos de su infancia moldeada por los ideales comunistas, los secretos de la clandestinidad, el desajuste entre el mundo imaginado y el real. Y con el poder revelador de un descubrimiento, echa luz sobre la figura de su madre, motor silencioso pero imprescindible de la vida familiar, la compañera incondicional de su padre, la que lo cuidó hasta agotar sus fuerzas y que ahora en el quirófano pelea por un tramo más de vida, el último, solo para ella.
En la mitad de su vida, Luna se asoma a un espejo en el que se dibujan los contornos de un futuro cercano. Está a tiempo de torcer el rumbo de las cosas y espera un milagro que le dé esa oportunidad a su madre.
Cuando caigan todas las promesas es la primera novela de una autora que alcanzó la madurez en la escritura, con la que vuelve sobre una historia personal y colectiva imposible de cerrar. Pero también es una reflexión sobre qué hacer con la herencia intelectual, política y sobre todo, ética.