Mediante un análisis detallado de obras narrativas, fotografías y películas, este libro examina cómo las representaciones de la infancia no solo sirven para documentar pasados personales, sino también para representar la identidad nacional como un proceso dinámico e incompleto. De este modo, las narraciones y las películas seleccionadas reimaginan el yo y la nación por medio de la representación de protagonistas niños y adolescentes. La figura del niño, tanto como emblema de la memoria colectiva como de un proyecto utópico siempre postergado, ofrece una óptica privilegiada para vislumbrar, criticar y reimaginar los orígenes de las diversas crisis que la nación afronta.