Tres piezas breves, para piano, fue escrita para Charles Abramovic durante mis estudios de posgrado en Composición en Temple University, entre 1990 y 1997. En la obra, sin ninguna intención específica, hay gestos que vistos desde la distancia y de forma casi imperceptible, están tal vez relacionados con la «música de salón» y los ritmos tradicionales de los Andes colombianos que solía tocar durante mi adolescencia.