Toda la sección estaba quieta y todos los hombres contenían la respiración. Pero el teniente Trotta, que acababa de sentir en la nuca el silencio denso y sombrío de los trabajadores, comprendió al instante, con toda claridad, que había dos tipos de silencio. Se le ocurrió que quizá habría más tipos de silencio, igual que había muchos tipos de ruido.