Se alegra de verme, pero no debo hablarle demasiado de Valentino, y, al igual que hago con Valentino, tengo cuidado de hablar sólo de cosas que no hacen daño: los niños, Bugliari, la nurse. Ésa es la razón por la que no tengo a nadie con quien hablar de verdad: hablar de verdad, de la verdad de toda nuestra historia tal y como sucedió, y me la quedo dentro y a veces me parece que me ahogo.