En otras palabras

deseo que cada libro del mundo pertenezca a todos, o a nadie, sea donde sea.

narrativa autobiográfica, aun cuando está inspirada por la realidad, por la memoria, requiere una selección rigurosa, una serie de cortes despiadados.

La obra de Kristof arroja luz sobre el hecho de que una novela autobiográfica no siempre es lo que parece y de que no existe un límite preciso entre la imaginación y la realidad.

scribiendo en italiano, ya no me siento con los pies en la Tierra.

Para mí, un texto autobiográfico está atravesado densamente por las experiencias propias: deja muy poca distancia entre la vida del escritor y lo que ocurre en la trama.

prefiero profundizar en la interconexión entre realidad y ficción y clarificar la cuestión autobiográfica, un asunto que pende sobre mí desde hace muchos años.

escribir en una lengua distinta significa empezar desde cero; cada palabra procede de un vacío y por tanto parece salida de la nada. El esfuerzo de apropiarme la lengua, de poseerla, se parece mucho a un proceso creativo: resulta misterioso y ajeno a la lógica. Pero la posesión no es auténtica; es, incluso, una especie de ficción

Lo considero una especie de autobiografía lingüística, un autorretrato. Creo que no es injusto citar las palabras de Natalia Ginzburg, quien, en la advertencia de Léxico familiar, decía: «No he inventado nada.»

Escribir en un idioma distinto representa un acto de desmantelamiento, un nuevo comienzo.

trozos de papel son las palabras, ya definidas por otros, que yo selecciono y ordeno. Intento refundar, a partir de una serie de elementos desordenados, algo coherente.