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Martín Caparrós

Los Living

  • Diego Camposцитирует5 лет назад
    Nos quieren convencer de que formamos parte de grandes conjuntos –una comunidad, una ciudad, un gremio, un país, la humanidad– y después resulta que cuando uno hace algo tan decisivo como nacer le importa a siete u ocho
  • Rafael Ramosцитирует12 часов назад
    Titina me dijo que me invitaba a un submarino.
    –¿Un qué?
    –Un submarino, ¿no sabés lo que es?
    –Si es otra droga paso.
    Le dije, y ella me revolvió el pelo con la mano y me miró con una cercanía que me encantó hasta que me di cuenta de que era el cariño con que miran las tías, las madres jovencitas, esa mierda que llaman la ternura.
  • Rafael Ramosцитирует6 дней назад
    Yo la amaba por su fragilidad, pero me calentaba ese doblez: que Giménez se mostrara en pelotas como quien dice no se crean, soy tan blanca tan pura tan carlitos, me daba cuatro vueltas: me parecía la perversión suprema. Entonces cuando estaba a punto de acabar siempre pensaba en una prima, una amiga tontita, una vecina tímida, una que me pedía dale Nito por favor un poquito con la voz baja y mirando a otro lado, rubor en las mejillas. Yo le hacía el favor y ni siquiera trataba de que me agradeciera: yo podía ser, con ella, con mi leche, manirroto.
  • Rafael Ramosцитирует6 дней назад
    En la ciudad, Carpanta no tardó mucho en encontrar al grupo de artistas más decidido a romper cualquier regla que pudieran toparse. Eran unos diez o doce, mayoría de hombres pero algunas mujeres –todos menores de treinta, las corbatas finitas, pantalones stretch–, que se encontraban cada noche en un café de Paraguay y San Martín, y no tuvieron inconveniente en aceptarlo. Para ellos, la versatilidad sexual de Carpanta era una marca de modernidad extraordinaria –que algunos encontraban envidiable y otros levemente asquerosa, aunque trataban de que no se les notara–; también lo ayudaba su mensualidad más o menos generosa, que le permitía pagar la ginebra o el whisky en los momentos de emergencia económica, que eran casi todos.
  • Rafael Ramosцитирует9 дней назад
    se preguntaba si a su velorio también vendría la tía Mabelita, la hermana menor del abuelo que nunca la había soportado pero quizá viniera por las conveniencias, y si iba a haber tantas flores como esta noche o si alguien se acordaría y le traería sus favoritas calas y si realmente habría alguien tan triste como ella estaba triste porque el hijo de puta de su marido otra vez la había cagado muriéndose antes, privándola de la satisfacción de morirse sabiendo que alguien iba a notar su ausencia en una casa que ahora estaría vacía, despojada y tantas otras cosas porque, como toda su vida, no podía dejar de compararse con el muerto –para seguir diciéndose que ella era mejor pero no tuvo suerte, que él no la merecía pero los hombres son así, que por qué había desperdiciado su vida con ese cacho de carne que ya ni siquiera se movía: cacho de carne muerta.
  • Rafael Ramosцитирует9 дней назад
    Yo pensé que mi abuela no sabía ni quería saber pero que se había dado cuenta de lo que todos pensaban en silencio: que lo único importante que le quedaba por hacer era morirse. Que desde ahora hasta morirse sería, con suerte, una molestia leve: que si no se volvía loca o inválida o mormosa sus hijos tratarían de que siguiera en su casa, se turnarían para ver cómo estaba, la visitarían cada tanto y la invitarían a las fiestas familiares pero que todo sería como un deslizamiento, una cuesta tranquila hacia una tarde como ésta; ese día volvería a ser el centro de atención por unas horas. Y entonces, resentida como era, se preguntaba si su cajón sería como éste, de madera reluciente con herrajes bronceados, o más modesto porque nadie querría gastarse la plata en enterrarla o si sus hijos le comprarían uno con herrajes más nobles –de verdadero bronce, no de lata bronceada– porque total ya no tendrían que ocuparse más de ella y entonces sí le podrían dar esa última alegría –pensaba: la última alegría– y que quizá lo hicieran porque para ellos sería como un festejo, pensó, y que si seguía pensando en esa dirección iba a terminar loca, más loca
  • Rafael Ramosцитирует14 дней назад
    estaba convencido de que cualquiera que no gozara de la vida –incluido él– era un idiota que no se merecía respeto ni cariño. Mi tío Ricardo era un fundamentalista intransigente del deleite, la ternura, el buen trato; su vida era un infierno.
  • Rafael Ramosцитирует14 дней назад
    Yo empezaba a entender que los hijos les fallan a los padres de formas más directas, más precisas; los padres a los hijos, de infinitas. Supongo que fue la cercanía de la muerte la que asustó a mi abuelo –o, digamos, piadosos, la que le permitió entender que, para fallarle, una persona sólo precisa esperar algo de otra
  • Rafael Ramosцитирует14 дней назад
    Yo traté de no mirarlo pero lo vi: la piel le colgaba, los huesos empujaban, manchas lo oscurecían, no había un centímetro de su cuerpo que no estuviera listo para colapsar. Mientras salía del baño, sin saber qué decirle, pensé que una persona tarda tantos años en morirse, pensé que morirse de verdad debía ser un trabajo agotador.
  • Rafael Ramosцитирует14 дней назад
    la memoria es un truco que te permite pensar que todo lo que sucede ya sucedió alguna vez y que, por eso, no hay que tenerle tanto miedo: que ya, alguna vez, sobrevivimos a eso mismo.
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