Armados de la Guía del autoestopista galáctico, los protagonistas del libro más divertido que se recuerda continúan sus disparatadas aventuras. En esta segunda entrega se enfrentan a una tetera automática de la que mana un líquido asqueroso, al planeta condenado porque sus habitantes tienen más zapaterías de la cuenta, a un transporte espacial cuyos pasajeros llevan novecientos años esperando que la nave arranque, y luego al Restaurante del fin del mundo, situado en el momento del tiempo en el que el universo llega a su estrepitoso final: un inusitado número de cabaret. No termina ahí su odisea, porque a continuación viven otra aventura que les revelará el verdadero origen de la especie humana: una pandilla de ejecutivos de poca monta que fueron expulsados de su planeta por indeseables. «Una de las mejores novelas de humor puro de los últimos años» (Antonio Saura Medrano). «Las situaciones más divertidas y disparatadas se suceden a un ritmo trepidante. El espacio es una fiesta» (Jorge Berlanga).