La Escritura dice: «De todo esto habló Jesús con la gente por parábolas… para que se cumpliera lo dicho por el profeta: Abriré mi boca y en parábolas hablaré de cosas escondidas desde la fundación del mundo». Las cosas naturales fueron el medio de transmisión para lo espiritual; las cosas de la naturaleza y la experiencia de vida de sus oyentes fueron conectadas con las verdades de la Palabra escrita. Por tanto, al guiar del reino natural al espiritual, las parábolas de Cristo son eslabones en la cadena de la verdad que unen al hombre con Dios, la Tierra con el Cielo.