No había lluvias aseguradas, pero el suelo era llano y las montañas almacenaban nieve en invierno para verterla después en los ríos que desembocan en el golfo Pérsico. Son el Éufrates y el Tigris y la tierra que ambos riegan y fertilizan, «tierra entre los ríos», se llamó Mesopotamia. Esa «tierra entre los ríos» ocupa la zona oriental y el arco superior de la media luna. La parte occidental es hoy Siria pero en los tiempos bíblicos se llamó tierra de Canaán.