la tribu de Aztlán salió de Nayarit, en la costa pacífica, para dirigirse a la zona central, remontando abruptas serranías. El Valle de Anáhuac se abrió ante ellos como una insólita meseta rodeada de volcanes, donde una laguna proveía agua. El término altiplano, que usamos para nuestra peculiar geografía, se refiere, precisamente, a la horizontalidad de altura.