El oficio de vivir implica habitualmente sufrir episodios traumáticos, los cuales pueden ser puntuales o bien desarrollarse a lo largo de un cierto periodo de tiempo. Vivimos en una sociedad que exige soluciones inmediatas, cosa que no contribuye a la recuperación del trauma. Al contrario, sobreponerse a este comporta, como mínimo, un conocimiento profundo de nuestra identidad y de la influencia que ejercen sobre nosotros los demás, como individuos y como sociedad. En ocasiones quien traumatiza no tiene conciencia de ello; otras veces el daño se hace adrede y manipulando.
El libro que tiene en sus manos ofrece una perspectiva comprometida sobre las personas que traumatizan y sobre la importancia de “lo social” de cara a su superación o a conmocionarnos todavía más. Con un lenguaje divulgativo y en comunicación continua con el lector, el autor aporta precisas explicaciones teóricas, así como interesantes discusiones a través de casos clínicos, series actuales, literatura y películas.
Recuperarse de lo traumático y de sus efectos es posible, pero para ello es necesario romper tabúes y vencer trampas como la búsqueda superficial de la felicidad, la actitud engañosamente positiva ante la realidad, el refugio en relaciones que entorpecen más que ayudan o la virtualización de lo real propuesta por las redes sociales y los medios de comunicación.