Isla Partida

Salir sin ser vista fue su anhelo desde hace tiempo, lo sabes

Si alguien querido agoniza, se agoniza a la par suyo

En el mundo conocido, vivir se ha vuelto una tarea insoportable. Los astrólogos han vaticinado, desde años atrás, que la humanidad atraviesa periodos oscuros y que serán prolongados en el tiempo. En esta época cualquier cosa está a la venta. Los pensamientos se negocian como productos. Las emociones son intercambiadas por dinero.

Narrar demasiadas veces la misma secuencia de hechos cuando la imaginación es desordenada resulta necesario. Esperas que alguien lo entienda.

Vas a ciegas, describiendo lo que sientes, lo que ves. En tu situación es imposible saber si lo que escribes será para bien o para mal. Después, a esperar, ver las ondas en la superficie del agua, dormir una vida, anestesiar un pensamiento, claudicar sin darse cuenta.

Es martes. El verano llegó un poco tarde.

¿Escribir sobre la muerte de tu madre y acerca de su condición no es ser una persona vil? Decir que estás viva, ¿te coloca en una situación de privilegio sobre la muerte?

La fragilidad es, también, una manifestación del ego.

“Agonía” es una palabra que se escurre y anuncia la propia muerte. Si alguien querido agoniza, se agoniza a la par suyo.

No es tarde ni temprano, sin embargo, el tiempo presente tiene la contundencia de lo vivo.