El estudiante de Salamanca es el texto más célebre de José de Espronceda. Se trata de un poema narrativo de 1.704 versos cuya versión completa se publicó en 1840. El personaje de Félix de Montemar, de personalidad fáustica, se inspira en la leyenda de Don Juan Tenorio. Terrorífico relato en el que se percibe la influencia de Lord Byron y de la novela gótica inglesa. El héroe desafía a los poderes divinos.
Según Pedro Salinas: «Félix Montemar representa al hombre romántico, para el que la realidad del mundo es fundamentalmente misterio, cuya clave posee un ser supremo, Dios, hacía el cual el hombre se vuelve en actitud de interrogación y desafío; y al final sólo encontramos el mayor misterio que existe, la muerte misma. Se trata una muerte romántica en plena rebeldía, muerte sin futuro, término absoluto de la vida y no tránsito a otra vida superior».
A pesar de la coincidencia de motivos y temas con otras obras propias de la tradición literaria, El estudiante de Salamanca revela su originalidad e identidad propia en su carácter rebelde y satánico reflejo de la personalidad del autor. Para muchos críticos literarios este poema es la obra en la que Espronceda alcanza la perfección.