En 2007, en la isla de Hainan, al sur de Cantón, un campesino encontró en su pueblo natal de Raoping, una tortuga de 70 kg de peso que podría tener más de quinientos años. El método utilizado para saber la edad de los quelonios es contar el número de estrías que dividen su caparazón, equivaliendo cada una a un año. Cuatro años antes se capturó otro ejemplar de otros cinco siglos de edad que, tras escribirle en su caparazón «por favor, no hagan daño a este animal», fue liberado, al igual que hicieron tras una ceremonia con este otro más reciente.