Te preguntarás cómo yo he podido escribir todo esto y, sobre todo, cómo he logrado que mi relato llegue a la Tierra, se escriba y se lea. Porque ahora mismo me estás leyendo, ¿te das cuenta? Pero es simple: solo hacía falta alguien que pensara en un perro muerto y que escribiera. Piensa: ¿cuánta gente puede pensar en un perro muerto y escribir? Podrías haber sido tú, pero fue ella