Una obra puede ser producto tanto de un milagro de la voluntad del artista como de un subsidio, y un prestigio artístico puede ser absolutamente merecido por razones estéticas o, bien, inducido por motivos políticos o mercadotécnicos. La idea de esta recopilación de ensayos es sugerir que la vida creativa e intelectual es una prolongación de la vida espiritual, pero que también está indisolublemente ligada al entorno material, a los incentivos institucionales y a los usos y costumbres de las comunidades artísticas.