Will tiene treinta y seis años y no necesita trabajar porque su padre compuso una cursi canción navideña que cada año da miles de libras en derechos a su descendiente. Es guapo, muy enrollado, lo sabe todo sobre la ropa que hay que llevar y vive en un piso fantástico, sin juguetes dispersos por el suelo. Porque nuestro héroe es un soltero recalcitrante. Hasta que un día conoce a Angie, una chica muy guapa pero también divorciada con hijos, y Will se la liga. Ella pone punto final a la historia al cabo de unas semanas y entonces Will se da cuenta de que las mujeres solas con hijos son una inagotable cantera de polvos estupendos. Se inventa un hijo propio, y comienza a seducir a las madres, pero también se hará amigo de uno de los hijos, el desamparado Marcus, que a los doce años parece mucho más viejo que el treintañero Will. «Una novela deliciosa, incisiva, divertida» (T. Blacker, Mail on Sunday); «Las muy agudas observaciones de Nick Hornby y su peculiar, infalible instinto para la comedia, nos aseguran una lectura llena de diversión, pero también profundamente conmovedora» (Michiko Kakutani, The New York Times).