La intriga, esa curiosidad que lo desvela, como eje principal, es el escudo que oculta lo que subyace en el interior del joven de dieciocho años, que ya empieza a avizorar el mundo de los adultos y a relacionarse con los desniveles que acontecerán en su vida, como paradoja descubiertos al poner sus ojos en la vida ajena. Nos retrotrae a la piel de nuestra pasada adolescencia donde todo era confuso y complicado.