Maria no tiene vida propia. O al menos, así lo piensa ella. Su vida entera consiste en una serie de discusiones interminables con su madre y hermana. Justo cuando siente que ha tocado fondo, conoce a Christian y se enamora perdidamente de él, de su encanto salvaje y de su cuerpo atlético. Pero Christian es un tipo peligroso, y cuanto más absorta está Maria en su apasionado romance, más se acerca al desenlace desafortunado.