La fluoración del agua es un tema que genera controversias por muchos motivos. Mientras que algunos países la practican e incluso la expanden, otros la discontinuaron. Para muchos, se trata de una forma económica y sencilla de prevenir caries. Para otros, se están administrando pequeñas dosis de un tóxico que tiene graves consecuencias no sólo sobre dientes y huesos, sino también sobre el sistema nervioso central y nuestras capacidades cognitivas.