18. Una tarde cálida de principios de primavera, Nueva York. Fuimos al Hotel Chelsea a coger. Después, desde la ventana del cuarto, vi una lona azul agitándose con el viento en una azotea. Tú dormías, así que fue mi secreto. Fue una muestra de cotidianidad, una hojuela azul brillante en medio de esa providencia fría y húmeda. Fue la única vez que me vine. Fue, esencialmente, nuestra vida. Fue un estremecimiento.