Magnífico e impredecible, una delicia y una pena que se haya impreso cuando este autor no puede darnos nada más
Humor negro, te hace sentir que estas en Nueva Orleans, lectura muy recomendada.
Que puedo decir de este libro...
La conjura de los necios fue un libro que estuve queriendo leer hacia ya un par de años. Me llamaba la atención la historia que envolvía a la novela con el trágico final de su autor y la futura publicación de su obra maestra.
Si uno lee una reseña o una sinopsis del libro, se dará cuenta que no hacen más que describir al personaje principal: Ignatius. Si fueran de otra manera quizá el lector se llevaría una gran decepción porque, nos guste o no, esta novela trata sobre Ignatius, su manera de ver el mundo y la forma en la que arruina pero a la vez compone la vida de los demás y la suya misma.
Graciosa, pesada y con un final hilarante, es cómo describiría al libro y, a Ignatius, como un asco de personaje. Un ser que al principio puede parecer un incomprendido, un inadaptado, un genio rodeado de idiotas, pero que simplemente y sencillamente no lo es y que con el pasar y pasar de las páginas, te vas dando cuenta que no va a cambiar.
¿Obra maestra? Personalmente creo que no, sin embargo, debo admitir que la historia, pese a no ser demasiado compleja, ni mucho menos profunda, es interesante, atrae al lector, lo hace reír, lo atrapa, y por lo tanto creo que vale la pena leerlo, aprender de su personaje principal y disfrutar ese buen final que tiene. ja! De verdad que ese Ignatius es un tremendo hijoeputa.
Una hilarante visión de las consecuencias de una crianza permisiva, personajes perfilados magistralmente.
Esta novela gráfica con mucho humor la decadencia de un Estados Unidos que poco a poco se consume en la fiebre del consumismo y la superficialidad. Igniatus, en este aspecto es muy enfático, aunque la crítica que levanta en contra de la sociedad, está diseñada desde el retorcido anacronismo con que interpreta la realidad. En este sentido, es realmente interesante cómo se articula esta propuesta filosófica de corte medievalista y cómo logra (a destiempo) filtrarse y penetrar en las fisuras de la rígida estructura social de mediados del siglo XX.
Vertiginosa novela, triste y aguda, llena de sarcasmo y alegres coincidencias racionales. Divertida, profunda, alocada. Pletórica de símbolos, ningún personaje se salva, a todos los pasa por cuchillo. Fino humor, inteligente y armónico. Me encantó.
No puedo explicar con detalle porque este libro es tan importante para mí. Digamos que es porque Ignatius Farray, lo leyó. Ciertamente hay paralelismos entre los dos Ignatius, pero mas allá del patetismo, la commedia y un destino que parece roto. Mas allá de lo anterior, la obra me ha parecido maravillosa, un personaje carismático y horrible. Particularmente me parece o me duele mucho su especie de relación rara entre Myrna e Ignatius. De alguna forma me recuerda a una relación enfermiza que tuve, no sentimental en el ámbito de pareja, sino de amistad. Acabe acosando a esa persona , he hecho cosas horribles aún peores que eso desde que ya no esta en mi vida, con todo y eso recuerdo su hueca obstinación por querer “creer” o “salvar” personas, finalmente médica.
¿Por qué hacer referencias a mis vivencias personales? Simple, creo que esta obra cualquiera le puede encontrar gracia y simpatizar con ella. El patetismo, las mentiras que nos contamos a nosotros mismos...no, no soy Ignatius pero vivo atrapado en una modernidad con la que no puedo terminar conectar, simplemente el tema del machismo con el que vivo y ahora es rechazado.
Por otro lado algo tiene de Quijote el protagonista de esta obra, un necio quejándose encarnizadamente como es que la democracia representativa norteamericana no le hacia espacio a las personas gays.
Ríes, casi sin parar, cuando lees sobre Ignatius J. Reilly, imaginas Nueva Orleans, Boecio, la Fortuna, la moral medieval, te provoca incluso hojear “Las consolaciones de la filosofía”. Cuando las risas se van disipando hacia el final, un manto silencioso va cubriendo sus páginas, piensas en su autor, John Kennedy Toole, se siente su pesar, es una gran obra.