Contacto

Y no hay nada más triste e inquietante, peligroso, que la soledad de un niño.

Toda obra termina. Toda vida, con sus trabajos y sus pesares, con su vejez y sus recuerdos, también; y eso es un moderado —y también delicado— alivio.

el silencio como imposibilidad del contacto a través de la palabra, pero incluso del ruido. No hay fricción, no hay roce.

“Liberar al virus contenido en la palabra podría ser más peligroso que liberar la energía del átomo. Porque todo el odio, todo el dolor, todo el miedo, toda la lujuria están contenidos en la palabra”.

los poetas siempre lo saben y lo dicen antes.

morimos a partir del instante en que nacemos, pero solo decimos que morimos cuando hemos llegado al final de ese proceso, y a veces ese final se prolonga aún un tiempo horriblemente largo

que hoy cuesta entender es que “el granjero cuidara y criara con amor sincero a esos animales que luego iba a matar y comer”.

lo que hoy cuesta entender es que “el granjero cuidara y criara con amor sincero a esos animales que luego iba a matar y comer”.

estamos en la era de la química, en la era de la composición de las cosas y no de las cosas en sí; como un nuevo esencialismo, una era neomedieval. Decimos que no hay que comer muchas harinas o, directamente, decimos que no hay que excederse con los hidratos de carbono.

La mano que acaricia también es la mano que empuña el arma. Los dedos que acarician, con ternura y suavidad, también son los que, dóciles y tensos a la vez, estrangulan o jalan el gatillo.