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Leticia Ruifernández

La poesía de los árboles

  • Ana Saenzцитирует2 года назад
    Canto popular andaluz

    Yo soy como el árbol solo,

    que estaba al pie del camino

    dándole sombra a los lobos.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    nosotros lo que por encima de todo nos asombra y conmueve es que día a día, caminando simplemente por los bosques, el sortilegio de los árboles sea capaz de devolvernos el tiempo perdido; de sosegar la vorágine de los pensamientos humanos; de aquietar nuestra crónica hiperactividad, haciéndonos más atentos y perceptivos, más sabios. De convertirnos incluso en poetas, si nos detenemos a escuchar el tiempo suficiente, bajo la fronda.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Quizá sea esta la esencia del arte, la capacidad de traspasar y trasgredir dimensiones entre los mundos figurados y reales, la facultad de alcanzar de algún modo nuestro espíritu o nuestro entendimiento y estremecernos…
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Albergamos aún la esperanza de que la poesía, la empatía y la sensibilidad hacia el mundo que nos rodea puedan transformarnos hasta el punto de hacernos tomar conciencia del daño y empezar a reparar las heridas de la Tierra con el bálsamo de los árboles.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Sentimos la vertiginosa ausencia de bosques y selvas vírgenes, tanto en el paisaje real y palpable, como en la geografía inconmensurable de nuestra imaginación.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Desde la libertad de las poetas arraigadas de Latinoamérica, a la percepción escueta y desnuda de los haikus orientales. El árbol y la poesía tienen también en común esa facultad de hundir sus raíces en la totalidad de las formas de percepción y entendimiento del ser humano, colocando en términos de igualdad a nuestras inteligencias múltiples: lúdica, racional, emocional, simbólica, mítica…
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    María Zambrano escribió que el poeta es una persona devorada por los espacios del bosque.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    El poeta, la poeta, contempla y comprende a la ceiba, a la acacia, al abeto y al ahuehuete, al olmo, al ciprés y al pino, y al ruiseñor que los habita.
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    el paraíso atemporal en el que los árboles aborígenes dieron a luz a la conciencia humana y fueron el germen de nuestro mundo. Quizás por eso, dice la poeta paraguaya María Luisa Artecona, «la leyenda del árbol no es el árbol nada más, es el tiempo inmemorial».
  • Zalveцитирует7 месяцев назад
    Mucho antes de que los primeros versos se escribieran en arcilla o corteza, ya se rimaba y cantaba a la luz y al calor de las leñas de todos los árboles nutricios, que nos han inspirado y alentado de mil modos distintos.
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