Los ochenta: una época de protestas, represión y muertes que fueron silenciadas por militares, pero que unos jóvenes también uniformados –conocidos como thrashers— se encargaron de repudiar con sus letras y canciones desgarradoras. Nacido en dictadura y madurado en democracia, el Thrash metal logra proyectarse a través de los años con desconcertantes símbolos, estridentes sonidos, ritmos viscerales y andrajosas pintas: más que una movida musical se trata de un estilo de vida, una pasión.