EXCELENTE MUY COMPLETO
La nueva historia mínima de México, editada por el Colmex, renueva una visión general de nuestro país desde la etapa precolombina, colonial, de la Reforma, la Revolución y hasta los eventos políticos de principios del siglo XXI .
Retoma la idea de una edición de los setentas donde diversos especialistas presentan a grosso modo lo hechos más relevantes de la historia de México. Ésta, como la edición anterior, son un vistazo general, mínimo para acercarnos a los eventos históricos que han moldeado nuestro país. Por su naturaleza, las colaboraciones son irregulares. Se constriñen a las formas generales, no hay un estudio profundo por lo que los autores. Apenas enumeran las circunstancias sociales, económicas, políticas y a veces culturales que perfilan el devenir de México
La Nueva historia mínima de México es un acercamiento a la historia y que abre las posibilidades de un necesario debate. En mi opinión destaca la perspectiva de que la historia es como un ente vivo en constante movimiento. Esto que suena a lugar común es relevante porque a la luz de nuevos descubrimientos cambian las perspectivas.
En el primer texto, de Pablo Escalante Gonzalbo sorprenden algunas conclusiones que durante mucho tiempo fueron de otra manera. El hombre de Tepexpan en realidad fue mujer, una joven de unos 25 años. De igual forma, el doctor Escalante nos ilustra acerca de las pirámides de Teotihuacán. Dice que muy problamente fueron erigidas al dios Tláloc y a Chalchihuitlicue, su pareja.
No sorprende que domine una perspectiva conservadora de la historia. Se habla sesgadamente de supuestos radicalismos como si, por ejemplo, la guerra contra el imperio o contra el régimen caduco de Porfirio Díaz no hubiesen sido extremos.
Acaso resulte aventurada mi percepción pero domina una visión de continuismo histórico. Como si los agravios, todos, hubieran sido meras circunstancias históricas. Atrás del orden de los aztecas estuvo la crueldad con la que sometieron a sus vecinos.
Con la llegada de los españoles, el nuevo orden implicó una mortandad del tipo de un holocausto. Y, ni qué hablar de las subsecuentes guerras fratricidas. No menos graves, los hechos de corrupción que condenaron a millones de familias al más ominoso de los atrasos, ¿y todo en nombre de la evolución social?