Antes de ser galardonados con el premio Nobel, los dos ilustres escritores latinoamericanos ensalzaron las excelencias culinarias de Hungría, describiendo con todo lujo de detalles los secretos de su cocina, con unos relatos aderezados de humor y “salero”.
Corría el año 1965, en plena Guerra Fría, en un escenario internacional dominado por ideologías en pugna en el que abundaban paradójicas alianzas; y el resultado de esta colaboración artística, vital e ideológica fue un libro para sibaritas, publicado ese mismo año simultáneamente en cinco idiomas, que describe las vivencias de ambos poetas entre amigos y comensales; disfrutando de la camaradería proletaria popular que salpimentaba las opíparas mesas de los restaurantes, tabernas y comedores de Budapest y de sus pintorescos alrededores.