HELMER.—Ante todo eres esposa y madre.
NORA.—Ya no creo en eso. Creo que ante todo soy un ser humano, igual que tú… o, al menos, debo intentar serlo. Sé que la mayoría de los hombres te darán la razón, y que algo así está escrito en los libros. Pero ahora no puedo conformarme con lo que dicen los hombres y con lo que está escrito en los libros. Tengo que pensar por mi cuenta en todo esto y tratar de comprenderlo