Una noche aparece un cadáver en un observatorio de las colinas de Hollywood. Aparentemente, se trata de un asesinato común, por lo que el detective de policía Harry Bosch se hace cargo del caso. No obstante, pronto se descubrirá que la víctima trabajaba en el sector clínico y que tenía acceso a sustancias radiactivas. Esto convierte un simple homicidio en un asunto de terrorismo.
El FBI toma las riendas y empieza una carrera contrarreloj para encontrar a los culpables, en un caso en el que nada es lo que parece.