Con una perspectiva interdisciplinaria que integra información jurídica, social y económica, en este tomo los autores examinan no solo cómo y hasta qué punto el Estado ha sido capturado por la corrupción, sino también las herramientas que se deben desarrollar para erradicar este mal endémico. La falta de transparencia, el escaso control ciudadano a la gestión pública y fallas en el diseño institucional de los organismos del Estado incentivan las prácticas corruptas en todas las ramas del poder público. El enfoque represivo, en este caso la política punitiva tradicional, ha demostrado ser insuficiente para combatir la corrupción; de ahí que las investigaciones aquí contenidas concuerden en que es necesario fortalecer mecanismos alternativos como el control interno, poner énfasis en la implementación de medidas preventivas y fomentar la tecnificación y las buenas prácticas en el ejercicio de funciones estatales.