En cierta medida, Bannon había estado esperando toda su vida adulta a que llegara este momento.
—Esta es la diferencia —explicó—. Solo vamos a comparar y a contrastar a Clinton. Lo que no hay que olvidar es —y recitó uno de sus mantras— que las élites del país se sienten cómodas gestionando el declive, ¿verdad?
Trump asintió.
—Y la gente trabajadora no lo está. Quieren que Estados Unidos vuelva a ser grande. Vamos a simplificar la campaña. Ella es la tribuna de una élite corrupta e incompetente que se siente cómoda gestionando el declive. Usted es la tribuna de los olvidados que quieren que Estados Unidos vuelva a ser grande. Y vamos a trabajar solo en unos pocos puntos. En primer lugar —continuó explicando Bannon—, vamos a acabar con la inmigración ilegal en masa y vamos a limitar la inmigración legal para restablecer nuestra soberanía. En segundo lugar, vamos a recuperar los trabajos del sector manufacturero para el país. Y, por último, vamos a salir de las guerras extranjeras sin sentido.