—Garrett. Hola. Siento hacer esto, pero necesito que vengas a casa. Yo… eh…
Frunzo el ceño cuando se queda en silencio durante varios segundos. La preocupación empieza a carcomerme por dentro.
—Realmente no quiero decírtelo por teléfono, pero estás grabando y no estoy segura de cuándo volverás a casa y estoy un poco asustada, así que simplemente te lo voy a decir: estoy embarazada.
¿Que está qué?
Casi se me cae el móvil al suelo por el shock.