–Es la historia de los cinco judíos –continuó Amundsen, poniéndose en pie–. El primer judío, Moisés, dijo: Todo está aquí. –Amundsen se apoyó el índice en la sien–. El segundo judío, Cristo, dijo: Todo está aquí. –Amundsen se colocó la mano sobre el corazón–. El tercer judío, Marx, dijo: Todo está aquí. –Amundsen se acarició un poco el vientre–. El cuatro judío, Freud, dijo: Todo está aquí. –Amundsen se agarró groseramente los genitales–. Y el quinto judío, Einstein, dijo: Todo es relativo –concluyó Amundsen, levantando las dos manos con gracia ingenua.
–Me encanta –dije yo–. «Aquí» es un deíctico, ¿no?
–Sí, pero falta Spinoza –dijo Garzía–. ¿Qué dijo Spinoza?