Lazarillo de Tormes

no hay libro, por malo que sea, que no tenga alguna cosa buena

los gustos no son todos unos, mas lo que uno no come, otro se pierde por ello.

Lo que te enfermó te sana y da salud

me pareció que el cielo, con todo lo que en él hay, me había caído encima.

-No diréis, tío, que os lo bebo yo -decía-, pues no le quitáis de la mano.

daba un par de besos callados y tornábale a su lugar.

En su oficio era un águila

en aquel instante desperté de la simpleza en que, como niño, dormido estaba

Yo simplemente llegué, creyendo ser así. Y como sintió que tenía la cabeza par de la piedra, afirmó recio la mano y diome una gran calabazada en el diablo del toro, que más de tres días me duró el dolor de la cornada

Mi nacimiento fue dentro del río Tormes, por la cual causa tomé el sobrenombre