Antes de que lleguen las lluvias de otoño, hagamos un último pícnic, ahora que las hojas están cambiando de color y la hierba es verde todavía en algunos lugares.
Pan, queso y algunas uvas negras deberían ser suficientes, además de una botella de vino para brindar por los cuervos perplejos de encontrarnos aquí sentados.
Si hace frío, y lo hará, te abrazaré. La noche llegará pronto. Estudiaremos el cielo esperando que una luna llena ilumine nuestros pasos,
y si no la hay, confiaremos ciegamente en tu caja de cerillas y en mi sentido de la orientación cuando estemos buscando el camino a casa.