ro, ¿quién… quién te enviará ahora las rosas blancas por tu cumpleaños? Ay, el jarrón estará vacío. Ese pequeño halo de mi vida que te llega una vez al año, eso también se irá. Amor mío, escúchame, te lo suplico… es la primera y última cosa que te pido… hazlo por mí, cada cumpleaños, ese día en que uno siempre piensa en sí mismo, coge unas rosas y ponías en el jarrón. Hazlo, querido, hazlo así, igual que otros hacen que se cante una misa una vez al año para su difunta querida. Yo ya no creo en Dios ni quiero ninguna misa, sólo creo en ti, sólo te quiero a ti y sólo quiero continuar viviendo dentro de ti… ay, sólo un día al año, muy, muy silenciosamente, como siempre he vivido a tu lado… Te lo suplico, hazlo, querido… es la primera y última cosa que te pido… te lo agradezco… te quiero… te quiero… adiós.